Los Diablos Danzantes de Yare son una festividad religiosa que se celebra en San Francisco de Yare, estado Miranda, Venezuela, el día de Corpus Christi, 9 jueves después del jueves santo de cada año.

Este 8 de junio se celebran 274 años de esta manifestación religiosa y cultural, razón por la cual, la iglesia San Francisco de Paula será elevada a Santuario Eucarístico Diocesano y el arzobispo de Caracas, cardenal Baltazar Porras, presidirá la ceremonia.

Tradición    

En nuestro país, tiene un significado religioso donde se reafirman las creencias religiosas y mágicas del dominio del bien sobre las fuerzas del mal, a través de diferentes rituales y fiestas en la que se acentúa esta creencia religiosa. Los Diablos danzan al son del repique de la caja, un tambor típico, bailan por las calles del pueblo para luego arrodillarse al unísono frente a la iglesia, permaneciendo postrados en señal de respeto al Santísimo mientras el sacerdote los bendice.

La celebración termina cuando al final de la tarde suenan las campanas de la iglesia y la hermandad se dispersa hasta el próximo año, cuando volverán a representar este rito donde el bien debe prevalecer sobre el mal.

¿Cómo se visten los Diablos de Yare?

Camisa, pantalón y medias rojas, máscara y alpargatas. Llevan una cruz de palma bendita, el rosario y la medalla del Santísimo, que por ser difícil de conseguir se sustituye por otra medalla de una imagen religiosa cristiana. Llevan en una mano una maraca en forma de diablo y en la otra un látigo.

El traje lleva diferentes accesorios, identificamos en los disfraces:

El rabo: Especie de cola que va adherida al pantalón y en la punta de la cola lleva una campanilla.

Los cencerros: Están constituidos por latas y campanas que cuelgan de una correa que se coloca alrededor de la cintura del diablo.

El mandador: Es un látigo que simboliza el poder que llevan los diablos en la mano izquierda y se utiliza para «amedentrar» a cualquiera que se interfiera por el camino del danzante.

La maraca: Que se lleva en la mano derecha marca el ritmo de la danza, que es acompañada con música instrumental y tiene carácter reiterativo.

La Procesión

En esta festividad folklórica se rinde devoción al Santo Patrono San Francisco de Padua, al Santísimo Sacramento y a Jesucristo. La celebración comienza el martes donde se cantan fulías, se recitan décimas y se rezan rosarios y salves hasta el amanecer. Al día siguiente -jueves de Corpus- los promeseros vestidos de diablos realizan danzas alrededor y se ubican frente a la iglesia.

Una vez en la iglesia es cuando se establece una especie de lucha entre los diablos y la custodia. Finalmente, los diablos se rinden ante el Santísimo y se arrodillan en señal de sumisión, de esta forma representan la victoria del bien sobre el mal. Los diablos recorren las calles, vestidos de rojo y con máscaras, bailando al ritmo de un corrío y ya cuando están ante el altar o se rinden en señal de respeto, bailan a ritmo de bamba, que es un toque más reverencial y tambores.

Participación de la mujer

En la Diablada, la mujer oye la misa como lo hacen los Diablos, además va a todos los sitios con ellos, se encarga de darles agua, comida, cuidar a los niños y no bailan por las calles con máscaras sino en una casa donde piden prestada una máscara y bailan al frente del altar por una promesa.

Todas las promeseras visten faldas rojas y cotas blancas. En la cabeza llevan un pañuelo rojo o blanco. La Capataz es la máxima autoridad en cuanto a las mujeres, viste totalmente de rojo y sin máscara.

Lcdo. Fernando Martínez
CNP: 11.805